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Argentina campeón: Una alegría inmensa en uno de los peores momentos de nuestra historia

El árbitro pitó el final y se escuchó un estruendo de alegría en todo el distrito. Fue un desahogo, fue un grito que no solo sirvió de festejo sino que también funcionó como vía de escape a tanto dolor y bronca que tenemos todos los Argentinos, que hace un año y medio vivimos uno de los momentos más difíciles de nuestra historia.

La gran mayoría lo celebró desde sus casas, en sus balcones o con sus familias. Cientos de vecinos se lanzaron a celebrar en la Plaza de Monte Grande. Muchos lo hicieron desde sus vehículos manteniendose a distancia, otros a pie exponiéndose frente a un virus al que no le importa si se trata de un festejo. Avanza y contagia.

No, la pandemia aun no pasó. Los números son devastadores y mientras avanza la campaña de vacunación, seguimos lamentando cientos de muertos diariamente. La inflación sigue siendo un serio problema para la economía de las familias y la inseguridad en el distrito continúa siendo un terrible flagelo que nos afecta a todos como echeverrianos.


Pero, a pesar de eso, nada nos quita la alegría que experimentamos desde anoche. Por todo una generación que no había podido ver a la selección Argentina de fútbol masculino levantar una copa, y por un pueblo que vive el fútbol de una manera diferente.

También fue una alegría ver a Lionel Messi, ese niño que partió desde Rosario hacia España, para cumplir su sueño de ser futbolista y poder recibir el tratamiento que necesitaba, pero que nunca olvidó sus raíces. Nadie merecía un título con la celeste y blanca más que él, y por eso hoy el fútbol es un poco más justo.


Son momentos muy difíciles para todo el mundo, pero en nuestro país todo pareciera ser siempre un poco más difícil. Pandemia, hambre, desocupación, inflación y más.


Poder festejar frente a todo y a pesar de todo no solo es reconfortante, sino que es necesario.


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